Santo Domingo de Guzmán Penitente.
Obra realizada por Juan Martínez Montañés entre los años 1606 y 1607. Se encontraba en el Convento de Santo Domingo Portacoeli, Sevilla, hasta que fue desamortizado en 1840.
Es una obra realizada en madera policromada (talla), perteneciendo al Barroco. Y por ello a la etapa barroca del autor, indicando esto, porque la obra de Martínez Montañés estaba entre las dos Etapas, la del Renacimiento y la del Barroco.
En esta Obra observamos un gran realismo característico de la época del Barroco a la que pertenece, que se refleja en el estudio anatómico tan detallado del cuerpo, como podemos ver en la musculatura, en las venas,... Pero también lo podemos ver en los en la cara con la mirada que dirige a la Cruz, o en el hábito.
A su vez hay mucho movimiento, el brazo izquierdo lo tiene ligeramente arqueado y la mano curvada para sostener a la Cruz, y el brazo derecho lo tiene bastante más movido y sostiene un elemento en su mano. Otro de los aspectos en los que se observa el movimiento es en el hábito con esos pliegues que se nos presentan.
Por supuesto, el juego de luces y sombras se ve también, con el uso de esos pliegues, pero no solo ahí; sino también al tener levantado el brazo derecho hace que en su cuerpo se genere oscuridades, lo mismo que su estudio anatómico.
En su rostro nos podemos fijar de forma más particular. Vemos una cara serena, con los ojos dirigidos a la Cruz, la boca entreabierto, mostrando mucha paz y serenidad; de un gran realismo y una gran expresividad que supera casi la realidad misma, propio del Barroco.
Esta obra estaba dirigida a un Convento, pero hoy nos puede decir mucho a nosotros Hombres del siglo XXI.
Esta Imagen nos transmite mucha paz, y el Santo está haciendo penitencia, está orando, está en comunicación con Dios. ¿Qué será lo que se nos quiere comunicar a través de esta obra? Esta muy claro.
Que maravilla esta obra que nos interpela a decir vamos a rezar a encontrarnos con Aquel que sabemos nos da la verdadera Felicidad.