lunes, 23 de junio de 2014

El Ancla, Esperanza y Firmeza

El ancla, como bien sabemos fue muy importante en la navegación de la Antigüedad, ya que hacia que los barcos quedasen encajados y parados allí donde éstos objetos eran lanzados en el mar, de ahí que ya desde entonces se considerase como un símbolo de seguridad.



Los cristianos, como con algunas cosas de su cultura grecolatina, lo adoptaron por esa razón de ser, adoptándola, pero dotándole de un significado superior que evocaba esa seguridad, que el de símbolo de esperanza en una existencia futura.

Así tenemos que indicar y decir, que en nuestra doctrina cristiana, la Esperanza es una Virtud de gran importancia. Cristo es la esperanza firme que no falla nunca para todos los que creemos en Él.

En la Palabra de Dios, precisamente en la Carta de San Pablo a los Hebreos (Heb 6,19-20) se conecta la idea de la esperanza con el símbolo del ancla. Y se habla de la esperanza: " La cual es para nosotros como ancla del alma, segura y firme, que penetra más allá de la cortina, donde entró, como precursor, por nosotros, Jesús, Sumo Sacerdote para siempre según el rito de Melquisedec". La esperanza en la Salvación que trae Jesucristo Nuestro Señor y Salvador, esa es la que evoca San Pablo cuando habla y hace referencia.

Así este ancla nos lo encontramos representados en las Catacumbas, obras realizadas por nuestros primeros hermanos, los primeros cristianos, apareciendo durante los siglos III y IV este signo en las partes más antiguas de los cementerios de Santa Priscila, Santa Domitilia, San Calixto y el Coemeterium Majus.

                                                           Catacumbas

El ancla era inscrito en las lápidas de los que eran allí enterrado, reflejando la firme esperanza de los cristianos de que sus hermanos han sido ya admitidos en el cielo, pero dentro de esta representación del ancla había diferentes maneras de hacerlo que guardaban mensajes ocultos que sólo los cristianos sabían para que los romanos no los descubriesen y es lo que vamos a ver a continuación.

Hay formas diferentes de ancla:

1. La más común es la que un extremo termina en un ara pegado a la barra cruzada.
2. Otra termina en dos ramas curvas o en punta de flecha.

En lugares como San Calixto o Santa Priscila, la barra cruzada del ancla está ausente y en otros lugares, las barras curvas están reemplazadas por un transversal.


El ancla que marca una especial referencia de las que representan es el ancla cruciforme ya que presenta un importante desarrollo simbólico. La aparición rara de la cruz en los monumentos cristianos en los primeros cuatro siglos es rara, aunque de manera encubierta se hizo, y el ancla fue el mejor símbolo adaptado a este propósito y el empleado más a menudo.

Una de estas cruces encubiertas es la del Cementerio de Santa Domitilia, que consiste en un ancla perspenticularmente, la barra transversal situada justo por debajo de aro, y que para completar el símbolo, dos peces están presentes con las puntas de las ramas curvas en sus bocas. Es una verdadera cruz real, parada en una especie de pedestal a su derecha, donde se ve claramente una imagen simbólica de la Crucifixión: el Pez Místico [Cristo sobre la cruz (el ancla)].



A partir de la segundad mitad del siglo III apareció ya raramente y en el siglo IV ya desapareció.

Pero actualmente el ancla sigue siendo referencia para muchas hermandades, para muchas personas, para bandas de música, para la Iglesia, para el mundo cofrade, y aquí tenemos un ejemplo muy claro en la Hermandad de la Sagrada Lanzada de la Lanzada de Sevilla en su escudo.


                                               

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