EL ARTE SAGRADO EN SU CONTEXTO ESPIRITUAL En este blog voy a publicar artículos referentes al arte Sacro explicado en todo su sentido sagrado y su razón de ser.
viernes, 14 de noviembre de 2014
Cristo Imagen de Dios Invisible. El arte y la Fe
Estas palabras de San Pablo de su carta a los Colosenses (Col 1,15) nos permiten reflexionar uno de los aspectos esenciales de Cristo, porque al afirmar que es Imagen de Dios invisible, nos viene a decir que es Dios mismo, pero que se ha hecho visible.
Como antesala a este artículo, quisiera poner de relieve, una pregunta que quizá se hacen
muchos católicos, y de entre los que nos podemos encontrar, ¿Cómo es posible que si Dios
prohibiese la “fabricación” de cualquier imagen, cuando habló a Moisés como aparece en el
capítulo 20 del libro del Éxodo, se hayan realizado imágenes de lo que creemos desde casi los primeros siglos de la Iglesia? ¿Cómo se permitió esto? ¿Qué pasó?
Todas estas preguntas tienen sus respuestas, y podemos elaborar toda una tesis acerca de este tema, pero siendo concretos quisiera hablar de la razón principal por desde los primeros siglos de nuestra fe hasta hoy se han permitido la realización de imágenes de Cristo, de María, de los santos,....
Esa prohibición del Antiguo Testamento debemos de entenderla en el contexto claramente,
ya que durante esa etapa histórica, todos los pueblos paganos adoraban las imágenes de los dioses que se construían, y Dios Nuestro Señor quería que Su Pueblo no cayera en idolatría, así una representación de Dios en una imagen equivaldría para la mentalidad de esa época a atribuir a Dios una forma arbitraria según el gusto del hombre (un cosa o ser animado), descuidando su dimensión trascendente.
Pero también hay otra razón y más profunda. Dios, mediante la Encarnación en el seno
virginal de María, se ha hecho hombre, se ha revestido de nuestra naturaleza y ha adquirido una imagen, inaugurando una nueva “economía de las imágenes”,por lo que desde ese momento ya se puede representar a Dios; por ello podemos decir, que la ausencia de imágenes va en contra de la misma Encarnación de Hijo de Dios.
A su vez, las imágenes religiosas nos evocan realmente a quienes representa, por lo tanto
cuando veneramos una imagen de Cristo, por ejemplo, la Piedad de Miguel Ángel que se encuentra en la Basílica de San Pedro del Vaticano, nos lleva a Dios y a su Madre, nos lleva a ese Dios que se ha hecho hombre por nosotros, que ha muerto por nosotros y que nos ha dejado a su Madre; a la vez por esta imagen adoramos a Dios, no adoramos la imagen (porque entonces si caeríamos en idolatría, prohibido en ese mandamiento) sino a Dios por medio de ella (que la representa), y veneramos a María y a los santos; a la vez que nos ayudan a meditar y a adentrarnos en la contemplación de un Misterio que represente la vida de Cristo, o en alguna parte de la vida de los santos.
Piedad. Miguel Ángel. 1498-1499. Basílica de San Pedro.
Remitiendo a algunas reflexiones que hace Joseph Ratzinger en su Libro el Espíritu de la
Liturgia hablando sobre la cuestión de las imágenes, hemos de recalcar que las imágenes no son fotografías, ya que su cometido va más allá de lo material, pretendiendo despertar los sentidos internos y educar y enseñar una nueva forma de observar y mirar lo invisible en lo invisible. Así de alguna manera esta imagen procede de una contemplación interior y por eso lleva a una contemplación interior.
La imagen por ejemplo de El Descendimiento, de Roger van der Weyden que se encuentra en el Museo del Prado, es una imagen de una gran teología y de un gran sentido profundo del Misterio de la Redención y del dolor de la Muerte de Cristo, y que nos tiene que llevar a esa contemplación, a la oración, al encuentro del Resucitado, algo que a su vez previamente el autor a tenido que tener, pero no solo este autor, sino todos los autores que pretendan representar a Cristo o a los santos, tienen que vivir ese encuentro con el Cristo que ha Muerto y Resucitado y que Vive. Por ello podemos decir que una imagen del Señor no puede ser producida como un mueble o un ordenador, ya que es un don, y la inspiración es ese don que se recibe gratuitamente.
Descendimiento, Roger van der Weyden. Hacia 1435. Museo Nacional del Prado.
Caigamos en la cuenta también que el centro de estas imágenes es el misterio de Cristo:
Cristo se representa como Crucificado, como Resucitado, como Aquél que ha de venir y cuyo poder aún permanece oculto. Así, cada imagen de Cristo tiene que reunir estos tres aspectos del misterio de Cristo, y ser, en este sentido, una imagen de la Pascua.
Cuando estemos ante una sagrada imagen de Dios, de María o de algún santo abrámonos a la Fe y que esta efigie nos llevan a Dios, y que en el caso de María que intercede por nosotros ante Cristo al igual que los Santos, sean ejemplo de vida cristiana para nosotros, y buenos intercesores antes Jesús.
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